Durante el procedimiento de crosslinking, se aplica un agente fotosensibilizante (generalmente vitamina B2 o riboflavina) en forma de gotas en la superficie de la córnea. Luego, se expone la córnea a una luz ultravioleta (UV) de baja intensidad durante unos minutos. La combinación de la riboflavina y la luz UV crea reacciones químicas que forman enlaces cruzados entre las fibras de colágeno en la córnea, lo que aumenta su resistencia y rigidez.

El objetivo del crosslinking corneal es detener o ralentizar la progresión del queratocono y otras enfermedades corneales, lo que puede ayudar a evitar la necesidad de un trasplante de córnea en algunos casos. El procedimiento puede mejorar la estabilidad de la córnea y reducir la deformidad cónica que causa una visión distorsionada.

El crosslinking corneal generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio y bajo anestesia local. Después de la cirugía, el paciente puede experimentar molestias y sensibilidad a la luz durante los primeros días, pero la mayoría de las personas se recuperan en unas pocas semanas.

Es importante destacar que el crosslinking corneal es un tratamiento médico y no una cirugía refractiva para corregir problemas de visión como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Se utiliza específicamente para fortalecer y estabilizar la córnea en casos de enfermedades o condiciones específicas, y su uso debe ser recomendado y supervisado por un oftalmólogo calificado.